miércoles, 27 de agosto de 2008

Cap.3 Mandarinas, Zanahorias y otros vegetales...



¡Saludines para todos aquellos que lleguen a este tercer cap. De The Circus!, ahora sí, ¡a leer se ha dicho!


Mandarinas, zanahorias y otros vegetales…


Tres meses, tres meses desde que se fueron de casa, tres meses sin saber de su madre, tres meses sin una comida decente, tres meses de vivir en una cueva, ¡tres! ¡Tres jodidos meses de vestir como mujer!
Draco aún seguía sin creer en las condiciones en que el destino lo tenía, primero el robo que sufrieron, la cuasi perdida de su “virtud”, ¡y ahora esto!, es que de verdad no había sido tan mala persona para merecer esto.

Armándose de valor se remangó el amplio vestido que portaba, si así es, AÚN traía vestido; un suspiro frustrado se le escapo al recordar el por qué…
-Dra…Draco…Draco…-Llamó Blaise casi sin voz a su amigo, este acudió inmediatamente.
-¿Estás bien?- fue lo único que se le ocurrió preguntar.
-Me robaron…-dijo el moreno, parecía a punto de llorar- me robaron el dinero que nos dio Narcisa…no tenemos nada- Explicó. Ahora sí estaba seguro, su amigo estaba llorando.
-¡Ey! Tranquilo amigo-intervino el rubio verificando los moretones de su acompañante- no pasa nada…-intentó tranquilizarlo.
-Lo siento…-murmuró el ojiverde sintiéndose culpable
-¡Vamos!, no es tu culpa que sea tan irresistible, ¡hasta de mujer me buscan!- Argumentó el heredero Malfoy tratando de quitarle hierro al asunto.
-Tienes razón- respondió el magullado Zabini al fin levantando la vista- no es mi culpa que el ebrio ese tuviera tan malos gustos…
-Muy simpático…-exclamó Draco aliviado, después de todo si tenía humor para bromear, no debía estar tan mal- sigue así y lo que te hizo ese imbécil no será nada comparado con la tunda que te proporcionaré…

Permanecieron un buen rato en silencio, tratando de pensar que hacer, al final, Draco menciono que había logrado salvar los baúles y algunas cosas, entusiasmados por no tener “pérdida total” empezaron a separar todo a aquello que les podría servir, decidieron vender la mayoría de la ropa de Draco, y algunos vestidos, ya que los bribones se llevaron la joyería y el dinero. El rubio le dio un retoque a su apariencia como le había enseñado su madre, y ahora con imagen de “mujer decente” improvisó un puesto y vendió la mayoría de los ropajes sacando algo de dinero, compró comida y le llevó a Blaise que debería estar intratable del hambre y la golpiza. Guardó tres mudas de ropa de hombre y 2 vestidos, pues al parecer tendría que pasar otro buen tiempo antes de alejarse lo suficiente para volver a ser “El”.

Y así pasaron tres meses ya, vagando a las afueras del pueblo, descubrieron una cueva más o menos habitable y se la adueñaron, ahora tenían un lugar en el cual dormir, su plan era juntar algo de dinero y continuar el viaje, ambos estaban más que hartos de comer ardillas y vallas, pues todo el dinero que Blaise ganaba haciendo mandados lo ahorraban, mas no era ni cerca de suficiente; mientras tanto Draco hacia todo lo posible para no sentirse inútil, después de todo, gracias a él, estaban metidos en esto; todas la mañanas mientras el pelinegro partía al pueblo, Draco cazaba y recolectaba frutos, cosa no muy sencilla cuando se usa un gran vestido, pero él era un Malfoy, por lo tanto no existían imposibles para él, hasta ahí todo iba medianamente aceptable, hasta que el rubio notó que era la quinta semana que usaba ese vestido, y el antaño color durazno era ahora café terroso, avergonzado de su falta de higiene decidió ir al riachuelo y lavar sus únicas tres ropas como hacia Blaise con sus mudas, ¿el problema?, que en su vida había hecho nada similar a lavar ropa y estaba hecho un lío.

Primero se frustró, pues no lograba apoyarse cómodamente sin mojarse la falda; luego le dolió la espalda por estar inclinado.

Harto, se sentó a la orilla del río mientras contemplaba sus ropas moverse cadenciosamente gracias a la corriente de agua; estaba por dormirse cuando escuchó el crujir de unos arbustos cercanos.

Inmediatamente se levantó, recogió todo a la carrera, y echando un último vistazo vio lo que parecía un… ¿una mandarina gigante?, y lo peor, ¡lo estaba siguiendo!

Empezó a correr más rápido, pero la persistente fruta se le acercaba cada vez más, hasta que al final el cítrico habló.
-¡Señorita!, espere…¡Espere!- suplicaba, mientras el rubio intentaba sacarle ventaja, con rápidos vistazos llego a la conclusión de que él bien podía contra una fruta por muy grande y habladora que esta fuera.

Sin previo aviso detuvo su carrera y la encaro, para su sorpresa la “mandarina”, o el “extraño-señor-de-naranja”, en vez de retroceder asustado por su súbito enfrentamiento le dedicó una mirada desconcertada y después una sonrisa ¿dulce?, -¡Genial! Un loco…-pensó el rubio y sólo pudo alzar una ceja con altanería, mas el tipo no le hacía ni caso a sus ojos, estaba muy entretenido con su barbilla….

¿Y éste que mira?!- se preguntaba el chico, entonces le llegó la luz, después de todo, por más que se vistiera como una, Draco no era mujer, y los hombres, suelen tener, ya saben…barba.
-Se le cayó esto- explicó el hombre al parecer avergonzado de que lo pillaran mirándolo tan fijamente.

Atónito Draco vio que lo que el extraño hombre pelirrojo le extendía era el saquito donde guardaban el dinero que ahorraban.

-Gracias- musitó el chico sorprendido por la actitud del hombre
-Arthur Weasley- se presentó el hombre quitándose su sombrero de copa, (naranja como no), rebelando una gran calva en sus cabellos de fuego- Cirquero
-Luciana Black…-improvisó el rubio nervioso, ¿Qué estaría pensando el tipo de ver a una supuesta damisela con barba de tres meses? Tal vez si manejaba bien sus cartas no lo delataría…
-Un placer- repuso Arthur mientras tomaba su mano y la besaba.

A regañadientes aceptó acompañar al señor Weasley a su campamento pues no quería ofenderlo…sabía demasiado…

Al regresar a la cueva, su cabeza estaba hecha un torbellino, tratando de asimilar todo lo que había ocurrido en ese día, mas tuvo que dejar sus cavilaciones para después, ya que Blaise lo recibió con un puñetazo.

-¡Qué cojones te pasa!- gritó el rubio desconcertado y furioso
-¡¿Qué crees tú, estúpido?!- gruñó el otro- Regreso y no estabas, ni una nota, ya es de noche y no estás precisamente en tu mejor condición- ironizó el ojiverde
-El que luzca como una, no me hace una nenita, Zabini- respondió molesto Malfoy- Me sé defender…- escupió molesto, sabía que Blaise tenía razón, más ni bajo tortura admitiría estar equivocado.
-Como sea…-contraatacó el moreno revolviendo unas judías que serian su cena-¿Dónde estabas?
Entonces Draco le relató su primer encuentro con los habitantes de “The Circus”, algo más o menos así:

-Señorita Black…-titubeó Arthur Weasley y Draco aminoró el paso.
-¿Si?-respondió con aparente indiferencia, más su cerebro trabajaba a doble marcha para salir del lío en que estaba.
-¿Está usted sola?- al ver la mirada de estupefacción de del rubio se explicó mejor- Me refiero a si tiene algún….compañero….que viaje con usted.
-OH…-suspiró el chico, por un momento pensó que el lunático de naranja quería ligar con él.- Si, viajo con Blaise, mi primo…en éste momento está trabajando para nuestro viaje-Respondió y se maldijo mentalmente por no haberle inventado un nombre más común a su amigo.

El rostro del hombre se ilumino con una felicidad casi infantil, cuando un grito de mujer los interrumpió.

-¡Arthur! Qué bueno que regresaste, cielo- exclamó una mujer regordeta de llameante cabello rizado, se notaba que de joven fue bastante guapa- Los chicos empezaron otra pelea con Crabbe y Goyle- se quejó al tiempo que señalaba una carpa medio armada- Ni siquiera nos hemos instalado y ya empiezan a ahuyentar la clientela…- al parecer podría seguir hablando más tiempo, pero notó que su marido no estaba solo.
-Molly, ella es la Srta. Luciana Black- presentó a su mujer y Draco de manera afable- Señorita, ella es mi esposa, madre de mis hijos y mano derecha Molly.
-Un gusto- respondieron “las” aludidas mientras se estrechaban la mano y evaluaban mutuamente.
-¿Por qué no nos acompaña a tomar el Té?- inquirió la mujer al rubio, con una naturalidad como si una chica con barba fuera algo de todos los días.
-Er.…claro- fue todo lo que el chico pudo responder, esa pareja sí que era de lo más extraña y no se refería solo a su vestimenta, Arthur llevaba un chaleco y pantaloncillos a juego de color naranja encendido que se confundía con su cabello, se notaba que eran telas finas pero el mal gusto dominaba todo el atuendo. Por el otro lado Molly “lucía” un vestido suelto en color verde con franjas blancas, gracias a su voluminoso cuerpo (Draco esbozó una sonrisa): la mandarina y la sandia…

Con pasos tranquilos empezaron a guiar al chico por el claro donde se instalarían, remolques, jaulas vacías y lonas se veían por doquier, el heredero Malfoy no pudo evitar cierta curiosidad por el lugar, de niño solo había asistido al circo una sola vez, y fue bajo insistencia de un colega de su padre que también llevo a sus hijos; recordó que salió tan emocionado que le decía a cualquiera que quisiera oírlo que de grande seria un trapecista, mas su padr…más Lucius se encargó hacerle entender a base de golpes que esa no era una opción.

Unos alegres gritos lo sacaron de sus recuerdos, curioso busco la fuente de tal escándalo, al encontrarla tuvo que frotar sus ojos para darse cuenta que no alucinaba, cabezas rojas por todas partes…

Argh! ¡He caído en una tribu de zanahorias!- se alarmó irreflexivamente- Bueno…esos dos son más bien unos nabos- concluyó al ver a dos tipos con pinta de matones enfundados en idénticos trajes rojos, que por cierto desentonaban bastante por su piel morena y rasgos toscos.
Al notar donde iba la atención de su invitada, los Weasley empezaron a presentarle los miembros del circo.

-Esos dos de ahí…- empezó Molly señalando a unos gemelos que se pasaban bolos entre sí de una manera tan coordinada que parecían uno solo- son Fred y George nuestros cuartos hijos, como te darás cuenta son los malabaristas- Draco pensó que eso lo pudo haber definido el solo, ya que se le hacía muy poco probable que alguien más pudiera crear jóvenes tan pálidos y pelirrojos.
-Los de rojo- prosiguió la mujer señalando a los nabos- son Vincent Crabbe y Gregory Goyle, llevan con nosotros tres años y su acto es el cañón.
Siguieron caminando un poco y se detuvieron a un lado de las jaulas, Draco soltó un jadeo, pues en medio de otro claro un joven no mucho mayor que él hacía desfilar a cuatro leones a través de un aro.
-Charlie- presentó simplemente la mujer- y Bill nuestro primogénito, ella es su esposa Fleur- al rubio no se le escapó el gesto que acompaño el nombre de su nuera, pronto supo por qué, Bill y Fleur se encontraban ensayando una coreografía impresionante y la bella rubia tenía una actitud que la hacía ver fuera de lugar entre ese bosque, como si ella fuera una reina en una pocilga, y por el gesto altivo de la chica ella así lo creía.

Se quedaron un rato contemplando el ensayo cuando un estruendo de metales los sorprendió; alarmados corrieron hacia la fuente del sonido seguidos de cerca por los demás miembros.
Se detuvieron frente a una de las carpas donde entre las lonas de colores salieron un chico y una chica, ambos pelirrojos, ambos igual de sonrojados y ambos igual de gritones.

-¡Eres un idiota Ronald!- vociferó la chica pataleando cual chiquilla
-¿Perdón? ¡¡Yo no fui quien quitó el poste base!!- se defendió el otro mientras se ponía de pie.
-Si claro…ahora resulta que tú…
- Ejem- carraspeó su padre y ambos se dieron cuenta que tenían compañía.
-Ellos…son Ronald y Ginebra, guasón y equilibrista respectivamente- Farfulló Molly mientras sus hijos se encogían; si su madre los llamaba por su nombre completo tenían problemas…- Sólo falta Percy, que es el encargado de las finanzas… - concluyó la mujer con cara de orgullo.

El ambiente se puso tenso, Draco podía sentir todas las miradas sobre él, y por primera vez deseó no ser nadie. Intuyendo la curiosidad de el resto, el patriarca Weasley habló.
-Bien, ella es la señorita Black- presento el hombre, entre el silencio se escuchó la risita burlona de Ron, Draco se molestó bastante por ello, esa zanahoria no le caía nada bien.
-¿De qué te ríes payasito?- retó el rubio
Inmediatamente el aludido puso cara enfurecida y sus orejas adquirieron un tono rojo intenso, símbolo indudable de su voluble carácter.
-Detente Ron…-intervino Ginebra antes de que su hermano metiera la pata- Ginny – se presentó con una dulce sonrisa y el platinado no pudo dejar de notar que era bastante guapa, su pelo de fuego le daba un toque exótico, sus facciones eran finas, su piel blanca como la de sus hermanos estaba salpicada de infantiles pecas que contrastaban con su bien formado cuerpo de mujer, poseía unos francos y bellos ojos de color castaño, sin duda una hermosa chica.
-Luciana- respondió en un tono demasiado seductor para un chica, todos se le quedaron viendo extrañados, salió del paso cuando Fred…George..Bueno, cuando uno de los gemelos preguntó a su padre.
-Ummm..., ¿y por que el honor?
-Oh! Cierto, verán, la señorita Luciana se nos unirá como ¡la hermosa mujer barbuda!- explicó Arthur con una gran sonrisa, mas parecía ser el único entusiasmado pues el silencio que le siguió fue tan denso que Draco casi lo podía sentir…

Como cabra!- pensó ante la falta de sentido común del pelirrojo mayor.
-¿Qué? Padre, ¿te volviste loco?- Listo, alguien lo tenía que decir, pero ¿Por qué tenía que ser el zanahorio-mala-baba?
-Piénsenlo chicos, la…cualidad…de la Señorita Luciana es lo que nos falta para elevar la fama de The Circus además, ella y su primo necesitan un trabajo para seguir con sus planes ¿no es así?- inquirió el hombre viendo a Draco con ojos suplicantes, el rubio estaba a punto de negarse y mandarlo muy lejos cuando vio la expresión triunfal en la cara del tal Ron y su orgullo Malfoy hablo por él.
-Ciertamente Sr. Weasley, para mí será un honor- contesto con la mejor sonrisa fingida que le brotó, y dirigió una mirada triunfal al menor del clan pelirrojo.
Después de eso los demás miembros del Circo le dieron la bienvenida a la “tripulación” y tomaron el Té mientras arreglaban el contrato; acordaron que pagarían por presentación, mas comidas y un remolque incluido para él y Blaise, después de sellar el contrato, el joven rubio alegó que necesitaba ir por su primo y así les daba tiempo de arreglar el remolque para su nuevo miembro…

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Blaise escuchó sorprendió toda la historia, en silencio sirvió un poco de las judías en un plato y se lo pasó a su amigo para después hacer lo propio.

Aunque cenaron sin hablar ambos compartían la misma sensación, pues quitando el hecho de que pronto estarían rodeados de una tanda de “vegetales locos”, parecía ser que al fin su karma se estaba nivelando a su favor…que equivocados estaban…


Lo sé, lo sé…Argh…quedó extraño, no termina de convencerme este cap. Pero la verdad es que no tenía mucha inspiración positiva hoy y no quería dejarlas esperando.

Mañana tengo examen y me fue imposible concentrarme en leer nada, tengo sueño acumulado por el trabajo y también tengo insomnio…Luego mi padre se apuñaló involuntariamente y me maree con la sangre, más cosas de “chicas”…mal yuyu…en fin, espero no les desilusione mucho, siento que escribí un cap. muy largo…no sé, como que mi cerebro no daba para mucho hoy, para los que se preguntan por nuestra castaña favorita, pronto hará su aparición, por lo pronto, les agradecería su review para sugerencias u opiniones, saben que es la gasolina que necesitamos para escribir y salir de los bloqueos creativos, es posible que reedite este cap. Pero ¡depende de ustedes amados lectores!
Triztementte.Ginna
Besos,

Y ahora, ¡solo porque usted lo pidió!…¡llévese un muñeca Barbie-Draco!, ¡¡solo por un review!! , aquí en ¡CV directo y Shopping más!

1 comentario:

TILDITA dijo...

YO QUIERO MI BARBIE-DRACO!!!
EMPIEZAN A APARECER CARAS CONOCIDAS...Y POR SUERTE, PRONTO LLEGA LA CASTAÑA...IUPIIII!